Bienvenidos amigas y amigos de Marx. Si eres estudioso/a de este autor clásico, te pica la curiosidad o, simplemente has caído aquí y andas trasteando, ¡estás de suerte, este es tu espacio!
Conscientes de que el pensamiento marxista no está muy de moda, ni sale en el programa de Pablo Motos, ni tampoco se editan coleccionables que comprar en los kioskos (estaría bien, constrúyete tu propio Marx: entrega primera, «El Manifiesto Comunista» y la primera pieza de la barba de K. Marx), las y los que formamos este proyecto nos erigimos en editores-compiladores y tras rastrear unos cuantos documentos, ponemos a vuestra disposición aquellos que consideramos más interesantes y que aportan aspectos novedosos al debate marxista. Sencillamente nos interesa conocer y estudiar “este clásico”. Nos podía haber dado por estudiar otros clásicos, otras temáticas –que se yo, reflexología podal, sexo tántrico o vete tu a saber-, pero no, hemos optado por Marx aunque nos suponga ser tachados de rancios, casposos o lo que ustedes gusten.
EL ORIGEN DE ESTE BLOG
Un grupo de personas provenientes de diferentes tradiciones: comunistas, sindicalistas, movimiento contra la globalización, antirracistas…etc. llegamos a la conclusión del ataque que sufre el pensamiento. Con el «pensamiento único» uniformizándolo todo, el «americanismo» del que hablaba Gramsci es más evidente que nunca.
Si el pensamiento, la reflexión, el pensamiento racional que se inicia en la Ilustración lo tiene mal, imaginaos el pensamiento marxista. Desplazado cualquier atisbo de marxismo de los planes de estudio, la imposibilidad de encontrar una mínima bibliografía decente del tema, unida a la derrota que el movimiento obrero ha sufrido nos ha sumido a tod@s en un marasmo acultural, acrítico. En suma, ¡hemos dejado de pensar!
Lo que nos proponemos al constituirnos como asociación cultural es retomar la vieja y saludable costumbre de debatir en común. Pero sobre todo recuperar los hábitos de formación y cultura que existían en el movimiento obrero. La cultura de los círculos, de los ateneos, de talleres de formación práctica. ¡Volver a pensar!, recuperar la vieja divisa del «de ómnibus dubitandum» para tener la capacidad de darle candela al Pensamiento único a base de golpes de marxismo.
Es obvio, pero lo que nos une a los miembros de la asociación es la seguridad en la necesidad de transformar esta sociedad y para ello contamos con una serie de herramientas que nos facilita el marxismo. Quizá olvidadas, quizá bajo los cascotes del Muro de Berlín dejamos olvidado nuestro instrumental de análisis, nuestro vocabulario y a lo peor, empezamos a utilizar el del adversario. Y ahí comenzamos a perder. Nostr@s nos planteamos recuperar todo esto.
Sabemos que iniciamos un camino complicado. Duro, que probablemente nos llevará toda la vida. Nadie nos ha obligado, nos asociamos libremente porque queremos formamos, dotamos de argumentos para poder convencer, para poder crecer y conseguir una correlación de fuerzas que nos sea favorable. Es menos duro tirarse en un sofá, beberse una cañita en el bar que leerse el tomo I de El Capital y discutirlo con otr@s. Es menos doloroso permanecer encadenado en las sombras y vivir en un mundo de apariencias que iniciar el ascenso a la luz tal cual ocurre en el mito platónico de la caverna.
Sabemos también el mundo que nos ha tocado vivir es ese mundo «grande y terrible» que decía Gramsci. Un mundo en el que si tienes la suerte de ser explotado (encuentras un trabajo) cuando llegas a tu casa lo que menos te apetece es leer, formarte. Pero no te equivoques: lo que no intentes cambiar por ti mismo nadie lo hará por ti.
Aún a sabiendas de todo esto, de ver como el camino está lleno de esqueléticas asociaciones muertas por inactividad, los y las constituyentes somos insumisos discretos. Inconformistas. Inconformistas con la falta de formación que nos ofrece nuestra estructura partidista, inconformistas con la falta de actividad de la FIM, con la necesidad de dotar de cierta cordura de clase el movimiento contra la globalización.
Al constituirnos como asociación pretendemos algo más que fustigamos con la teoría y aprender marxismo. Pretendemos algo más que organizar cursos y simposiums. Pretendemos hacer un llamamiento a todas y todos los que como nosotr@s se declaran insumisos a lo realmente existente. Un llamamiento a marxistas jubilados y desencantados por todo lo visto, comunistas organizados y socialistas de cada día. Un llamamiento a personas que cumplan lo que dicen y no hagan todo lo contrario. Una llamada a cristianos insumisos más cercanos a Boff y Casaldaliga que no al poder de Roma.
¿Qué hacer? El camino es largo. Lo primero es constituir y formalizar la asociación legalmente. La primera actividad diseñada consiste en un taller de lectura de El Capital. O si se prefiere, un taller de marxismo desde cero. Conocido el problema de la formación, de desplazarse y de fijar fechas, hemos elegido un modelo que puede funcionar. El material se envía a cada participante que se lo trabaja a su ritmo y si la mayoría considera oportuno, se hacen puestas en común periódicas. Además, existe un apoyo permanente a través de correo ordinario y e-mail.
Se puede repetir la experiencia con otros autores marxistas (material disponible hay bastante). A largo plazo, intentar montar actividades paralelas: jornadas, monográficos, debates… y participar en otras estructuras: colaborar con Espai Marx de Cataluña, Espace Marx Internacional…etc.
Importante sería participar en todas las cumbres contra la globalización aportando toda una interpretación del marxismo en este tema (no es baladí que Marx, nuestro barbudo favorito ya viera hace 150 años la globalización y la mencionara en el Manifiesto).
EL PORQUÉ DEL APRENDIZAJE
O mejor en plural. Pueden encontrarse unos cuantos porqués para ponerse a trabajar en el propio aprendizaje. Podemos elegir echarnos al rollo formativo sin una reflexión previa de las ventajas (y algún que otro inconveniente) que el conocimiento puede aportarnos. Pero mal empezaríamos si decidiésemos transitar por la senda de la reflexión sin una pequeña reflexión previa.
- Una primera ventaja que el estudio de El Capital facilita es la posibilidad de entender profundamente el funcionamiento del actual sistema capitalista. Ante las enormes cantidades de información mezclada indisolublemente con opinión que nos suministran los mass-media, muchas veces podemos sentirnos perdidos, indecisos, desbordados, bloqueados y un largo etcétera de parálisis mentales. Justo lo que el sistema necesita para que todo este tinglado siga igual. Disponiendo de un patrón de análisis, de unas herramientas que valen para muchísimos casos, para muchísimas noticias, contrarrestaremos la posibilidad de ser absorbidos por la simple «opinión» dirigida y tendenciosa que el Pensamiento Único nos suministra. Accederemos a las ideas y destriparemos las verdaderas motivaciones ocultas en los «hechos» que se nos exponen.
- En estos momentos, las clases trabajadoras occidentales se encuentran aplastadas por el peso de la ideología de las clases dominantes, por los poderosos medios de comunicación capitalistas, por la idea del «Fin de la Historia» de Fukuyama y por otras cabronadas similares. Aspiramos a ejercer la hegemonía social de la que Gramsci hablaba: aspiramos a ayudar a que las clases trabajadoras pueden entender que todo eso no son más que milongas y manipulaciones para someterlas a los designios del Capital. Intentamos poner nuestro grano de arena para conseguir que las clases trabajadoras piensen por sí mismas, y puedan sacudirse por sí mismas el yugo de la opresión capitalista explotadora. Y la única manera de contrarrestar el enorme poder de la ideología de las clases dominantes es ser capaz de poner en evidencia las contradicciones del sistema. Para ello es preciso conocerlas previamente. Y, para conocerlas, es preciso estudiarlas. Y, para estudiarlas, es preciso formarse.
- ¿Se puede decidir desde la barbarie? ¿Se puede participar desde la inopia? Indudablemente como poderse, se puede. Si alguien alberga dudas, no tiene más que echarle un vistazo al panorama de la vida política en el Estado Español (por ejemplo y por proximidad). En cualquier «democracia» burguesa occidental, un puñado de sicarios políticos lleva a gorrazo limpio al electorado que «decide» que así sea una vez cada cuatro años. Pero entre cada dos domingos de elecciones, el tal electorado ignora qué ocurre. En otras palabras, menos formación equivale a menos democracia, a menos participación, a más manipulación y, en definitiva, a tener muchos números para conseguir no cambiar una mierda nada de nada. Y esto vale a todos los niveles: en casa, en el currele, en el instituto o en la facultad, entre amig@s… En definitiva, el único modo de conseguir una verdadera democracia participativa es desde el Conocimiento.
- El estudio y la adquisición de conocimientos son el mejor antídoto para las discusiones ofensivas, personalistas, estériles. Cuando se debate sin argumentos, con argumentos aprendidos de carrerilla o, simplemente, con mala leche, no se está debatiendo: se está teniendo una amarga disputa personal que no tiene nada que ver con una argumentación política, social o económica. En el espacio político, social o económico no sirven absolutamente de nada ni descalficaciones ni los personalismos. Porque cuando se dispone de formación, de conocimiento, se debate sobre ideas: y las ideas lo siguen siendo independientemente de las personas que las expongan. Ya sea un@ blanc@, negr@, roj@, rojinegr@, tenga dolor de cabeza, acné juvenil o pie de atleta, dos más dos siempre serán cuatro en base decimal, y el Capitalismo la catástrofe. Así es realmente difícil sentirse personalmente atacado en una discusión, y así puede, también, sacarse mucho más provecho de la misma, porque el acercamiento a las ideas de los demás no implica ninguna agresión mal entendida a la persona de cada cual.
- Estudiar está que te cagas, es la requetehostia en bicicleta y va muy bien para el colesterol; mucho mejor que el omega tres y el aceite de oliva si lleva dioxinas.
Para concluir, un inciso sobre el seguro esfuerzo que supone formarse. Es duro llegar del curro, de estudiar o de hacer cola en el INEM y ponerse a la ardua tarea de la formación. Pero, antes de trincar el mando a distancia de modo automático pensad que, si decidís emplear parte del escaso tiempo de ocio formándoos, estaréis dándole un buen cachete en la cara al Capital. Salud y Revolución.
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