A todos los cerdos….

… Les llega su Sanmartín. Así reza el dicho popular. Remarquemos, en primer lugar, que el proverbio no es cierto. Un par de simples contraejemplos -con nombres y apellidos- demuestran la falsedad del refrán: Emilio Botín y Augusto Pinochet. Ambos (afortunadamente) ya bien muertos. Pero sin causas excepcionales ni Sanmartines de por medio.

pedro-sanchez-rodeadoNo es el caso del P$O€. Aquí sí hay Sanmartín. Y merecido. Un siglo largo de digna historia, inaugurada por Pablo Iglesias (Posse, que no Turrión). Historia continuada por reputados nombres propios como Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto e incluso, si me apuran, Julián Besteiro. Los cuatro marxistas, los cuatro también líderes de un partido político sin duda y por entonces socialista. Y por ende, necesariamente, marxista. Un partido cuya afiliación se dejó la sangre en la Revolución Española luchando contra el Fascismo… Un siglo largo de digna participación en la Lucha de Clases, traicionada por la miseria moral de un advenedizo con chaqueta de pana llamado Felipe González Márquez y su chantaje al XXVIII Congreso del P$O€, en el que, con infame arrogancia , planteó que «o el Marxismo o él»… Y el Congreso aceptó su coacción.

A partir de ese momento, abandonando el Marxismo y uniéndose al Felipismo, el PSOE se transformó en P$O€. Ganó las elecciones generales en 1982, y a continuación nos metió en la OTAN con miedo, amenazas y trampas. Desmanteló la Industria y la Banca Pública, vendiéndolas a cuatro chavos al postor más colega. Llamó a los peores especuladores de talla internacional por boca de Solchaga, su entonces indecente ministro de Economía, porque «En España se puede hacer mucho dinero fácil y rápidamente»… Nos clavó unas veinticinco reformas laborales que dejaban al Fuero franquista del Trabajo como el Paraíso Perdido (manda güebos, y no es apología). Se corrompió con casos detestables como Filesa, Malesa, Time Export y los hermanos de Alfonso Guerra González. Surcó los mortales pantanos del terrorismo de Estado con los GAL. Y acabó colándonos de rondón (en connivencia estival por dos semanas de agosto con el PP «en oposición») la reforma del Artículo 135 de la Constitución de manera que ahora la Banca, la verdadera dirección de ambos partidos, dispone de todos los fondos públicos que quiera para parchear las cagadas especulativas en las que se ha aventurado. Pagando la ilimitada codicia de la patronal bancaria toda la Ciudadanía. Gracias al P$O€. Gracias, gracias.

Ahora, hoy, el nuevo P$O€, por lo anteriormente detallado indigno heredero del PSOE histórico, parece debatirse entre la vida y la muerte, aparentemente solicitado por dos extremos. Desde la extrema «izquierda», por un malparido líder resultado de la cirugía plástica impuesta por los medios de comunicación: Pedro Sánchez, soso hasta en el nombre; discúlpenme los Pedros y los Sánchez, que pueden ser muy salaos según sean hijos de quién. Y desde la extrema derecha (nótese la falta de comillas) por una panda de auténticos hijos de perra, a la cabeza de los cuáles vuelve a estar, cómo no, uno de los mayores felones y traidores a los adjetivos «socialista» y «obrero» que han hollado las Españas: Sí, efectivamente. De nuevo, con todos ustedes, Felipe González. Márquez.

Conozco gente, tengo amigos e incluso familiares que lamentan la actual e incómoda situación de Pedro Sánchez, diciendo resistirse al nuevo chantaje de González y su mafia de facinerosos. Sánchez es, a la sazón, el líder más «izquierdoso» que ha tenido el P$O€ en décadas. Su hazaña: negarse a dejar gobernar al PP. Pues bien, si eso es admirable para un autodenominado socialista, los burros vuelan sin LSD. Ni alas, ni turborreactores. Y quienes piensan que eso es ser de izquierda, o son idiotas o se conforman con una puta mierda. Además, y abundando en el susodicho personaje, le toca repasar la de Manolete: Si no sabes torear, pa’ qué te metes. ¿O no fue la misma jauría de lobos feliperos la que lo colocó de Súper – Secre – Pesoero la que ahora le quiere abrir la barriga para devorarle hasta la vesícula biliar? Pos’ eso. Que no venga ahora Sánchez con que si «las bases» ni «el congreso» ni «la asamblea», que está donde está porque la mafia que ahora quiere ametrallarlo antes quiso ascenderlo. Y así lo hicieron, sus jefes y él. Sin congresos ni asambleas ni ná de ná, por mucho que las celebraran, que las apariencias hay que guardarlas y en este caso la mujer del César sólo tiene que parecer honrada, no serlo. Quien corta el bacalao en el P$O€ no es, ni de lejos, la afiliación reunida en asamblea. Ja, ja y ja.

Total, que el Sánchez éste no quiere que gobierne el PP y sus antiguos capos le quieren hacer pupita. Pues negarse a dejar que el PP gobierne no es de izquierda. Es de sentido común. Y no es algo digno de elogio, sino que para un socialista debería venir de serie. Así que aquí el que suscribe no le reconoce ningún mérito a Pedro Sánchez. Al contrario, no sé qué cojones hace aún en el P$O€ si se define de Izquierda. Ya tarda en quemar el carnet.

Quienes lo consideran admirable en su resistencia a las baronías del P$O€, a las viejas e infames «glorias» de la humillante Transición como González y Guerra, o a los posmodernos liderazgos zapateriles -remendones- y corruptores del 135, se conforman con migajas de pan duro y amargo. Ya está bien de recular y llamar «de izquierda» a un tipo que parece sacado del catálogo de novios plásticos de la Barbie de Mattel, por el mero hecho de resistirse a permitir que el PP gobierne de nuevo. Pues vaya, qué proeza. En una persona que se reclama de Izquierda, eso va de serie y no es digno de ningún reconocimiento especial. Así que, a mí al menos, Pedro Sánchez me comerá la… caspa hasta que dé un auténtico paso hacia la Izquierda: Que se joda si no lo da, o que dimita de Secretario General guayón fotogénico mediático y se largue del P$O€ cagando leches. Eso sí tendría algo, algo de mérito. Lo demás, cuentos de viejas de pueblo de la España Profunda. Con todos mis respetos a las viejas de pueblo merecedoras de respeto, no siéndolo todas; y ninguno a la España Profunda, paisaje macabro, ultracatólico, hipócrita, retrógrado, parafascista y tardomedieval que detesto con todo el hígado.

Total, que si el P$O€ revienta de ésta, me alegrará sobremanera ver cómo una pandilla de traidores a la Clase OBRERA (que sólo en sus siglas lo llevan) se va a la mierda más hedionda. Con Sánchez o con González. Con militancia o (como es desde hace décadas) con una pandilla de arrimaos al pesebre carnet sociata mediante.

Después de toda esta diatriba, ¿aún cree usted que hay diferencia notable entre un gobierno sociata y uno pepero? ¿Todavía piensa que es preocupante el conflicto interno sociolisto? Haga el favor, no me joda: Vaya usted a las hemerotecas (aún públicas, por los pelos o porque no son rentables) y asuma de una puñetera vez que NO hay tal disparidad. Porque quien gobierna verdaderamente, poniéndonos delante la cortina de humo de las siglas P$O€ – PP, se llama CEOE. Se llama CAPITAL. Karl Marx dixit. Casi doscientos años hace que el barbudo alemán lo dijo. Y usted, sin enterarse. Apague la tele y piense. Imbécil.

Rafa Garzó.

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