Una guía de lecturas para hacerse comunista (I parte)

Hola a todas y todos nuevamente,

al leer el título de esta entrada me ha venido a la mente aquel film de Jean-Jacques Zilbermann, «No todo el mundo puede presumir de haber tenido unos padres comunistas» o aquellas otras guías que aseguraban enseñar un idioma en siete días. No, no hay guías, ni talleres ni atajos para aprender (marxismo, papiroflexia o aeromodelismo), ni fórmulas magistrales que eviten el trabajo, el esfuerzo de reflexionar por uno/a mismo/a.

Lo que si que hay (mejores y peores) ayudas, guiones, esquemas…etc. que ayudan, dirigen o tutelan el aprendizaje. En la entrada de hoy trataremos sobre una guía de lecturas para introducirse en el marxismo. Elaborada por Justo de la Cueva (luchador comunista vasco) y publicada en la web RED VASCA ROJA (Red Basque Net) en 1997. La RED VASCA ROJA integraba personas que son comunistas vascas independentistas, feministas y ecologistas radicales, interesadas en la información y la comunicación. La web empezó su funcionamiento el 30 de noviembre de 1997 en homenaje al 80º aniversario de la Revolución Rusa. Fue censurada y clausurada por el servidor que la alojaba a finales del mes de julio de 2003 (un detalle más de eso que llaman democracia y no lo es).

Puede accederse a una parte importante de los contenidos de la web original desde: http://web.archive.org/web/20030801093534/www.basque-red.net/cas/home/home1.htm

El Índice del Archivo de la RED VASCA ROJA (archivo Marx – Engels – Rosa – Lenin – Trotsky – Mao – Ho – Che – Wallerstein – EZLN) está accesible en el enlace: http://web.archive.org/web/20030801092038/http://www.basque-red.net/cas/archivo/archivo.htm

Afortunadamente, antes del cerrojazo a la web dicha guía se salvó de la hoguera censora democrática y procedemos a  difundirla de nuevo ya que consideramos interesante la propuesta de lecturas y los comentarios realizados a las mismas; además, es una más que deseable alternativa a la enésima visita papal y el JMJ que nos van a meter hasta en la sopa los muy democráticos «medios de desinformación masiva». Por cuestiones de espacio y comodidad en la lectura, prodecemos a publicarla en dos entregas. Que os aproveche.

UNA GUIA DE LECTURAS PARA HACERSE COMUNISTA.

BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA Y COMENTADA PARA INICIARSE EN EL MARXISMO

 Justo de la Cueva

AVISO PREVIO IMPORTANTE:

El presente texto reproduce con mínimos cambios una carta del mes de octubre de 1996 de Justo de la Cueva a un compañero que había solicitado orientación bibliográfica sobre el comunismo. Se reproduce aquí por si puede tener utilidad para otros pero advirtiendo: a) que está muy orientada a hablantes en español (se reseñan las traducciones a ese idioma de los textos originales); b) que está incompleta (es tan sólo el primer fragmento del texto planeado y sólo hay reseñas de las 27 obras del Primer Itinerario).

 VIÁTICO PREVIO:

 Tres reglas que creo debes observar:

Primera regla:

Lee siempre los textos originales (naturalmente traducidos a una lengua que conozcas si no puedes leer su lengua original, lo cual es el ideal). Ningún manual aunque sea bueno y muchísimos son horrendos (¡¡¡¡ es incalculable el daño provocado por los empobrecedores, mutiladores y mecanicistas manuales de Marta Harnecker, como lo es el producido por los similarmente horrendos manuales difundidos por la URSS stalinista y poststalinista!!!!) ni casi ningún comentario remunera el esfuerzo de leerlo y sobre todo el tiempo perdido que podía haberse dedicado a leer los originales. La lista que te voy a dar es, naturalmente, personalísima. Responde a mi criterio y no goza (ni padece) de ninguna autoridad. Salvo la que tú concedas a la experiencia y a las vivencias de un compañero tuyo como soy yo.

Segunda regla:

Enmarca siempre los textos que leas en la concreta coyuntura de la lucha de clases en que fueron escritos . Ello significa dos cosas claves: 1ª debes saber y tener muy en cuenta siempre la fecha, el lugar y las circunstancias en que se escribió; 2ª debes tener a mano alguna ayuda bibliográfica sobre el devenir de los acontecimientos, sobre aquella coyuntura. Te recomiendo muy vivamente, para conseguir una visión panorámica de cualquier época y área, el Atlas Histórico Mundial (Volúmenes I y II) de Hermann Kinder y Werner Hilgemann, Ediciones ISTMO, Colección Fundamentos 1, Madrid 1990 (es la 15ª edición, debe haber otras).311 y 359 páginas. Si no lo consigues en librerías sácalo en préstamo de alguna Biblioteca Pública (por cierto ¿eres socio de alguna buena? Es imprescindible serlo) y fotocópialo. Ese Atlas necesitará complementarse porque es tremendamente sintético, digamos que te proporciona el mapa histórico a escala 1:1000.000 y necesitarás buscar obras que te hagan zoom sobre la época (para tener mapa histórico a escala 1:100).

Tercera regla:

Navega por Internet para bajarte textos que te falten en papel.

MUNICIÓN UNIVERSAL (Un acopio básico importante) y AVISO PARA NAVEGANTES (este es un viaje que te durará años, probablemente toda tu vida).

Carlos Marx/Federico Engels: Obras escogidas en tres tomos. Editorial Progreso, Moscú. 1970 ó 1981. Hay una edición en dos tomos de Akal Editor, Madrid. 1975
V.I. Lenin: Obras escogidas en tres tomos. Editorial Progreso. Moscú. 1981. Tambien hay edición de AKAL.

Es importante que los consigas. Bucea primero en librerías de viejo, hay mucho ex-rojo converso a pseudopacifista, a neoliberal o a enchufado peneuvista que ha vendido su biblioteca para no asustar a sus nuevos amos cuando van a su casa.

AVISO IMPORTANTE:

Este es un viaje que te durará años, probablemente toda tu vida.
Parto del supuesto de que entiendes que no estamos hablando de alguno de esos timos consumistas del tipo «Aprenda ruso en siete días», «Hágase experto en marketing con nuestro Seminario de fin de semana», etc. Va a hacer cuarenta y tres años del momento en que yo me tropecé por primera vez con un texto de Marx y aún no he terminado ni mucho menos de estudiarle a él y a sus continuadores.

LA DECISIVA CUESTIÓN DE LA PRÁCTICA TEÓRICA:

No se trata de analizar textos sino de analizar relaciones sociales. Mucha gente conoce y cita la frase de Lenin (en ¿Qué hacer?): «Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario» (Obras escogidas Tomo I pág. 134). Por desgracia no es ni siquiera una fracción de esa gente la que la entiende bien. La que entiende que:

1º) La teoría revolucionaria NO es un conjunto de textos o de libros, aunque sus resultados se reflejen en libros y textos que pueden (y deben) leerse.
2º) La teoría revolucionaria no es sino el resultado de una práctica, LA PRACTICA TEÓRICA, que se enraíza en y se nutre de la práctica revolucionaria y es además una forma de la misma.

Marx lo formuló tan temprano como en la primavera de 1845 (al filo de su 27º cumpleaños) en la 2ª y 3ª de las 11 Tesis sobre Feuerbach:

«2. El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico.
3. La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej.,, en Roberto Owen).
La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.»

Marx y Engels lo explicaron con rotundidad tres años después, ya en el Manifiesto: «Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo. No son sino la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos».

Precisamente por eso te propongo hacer un primer itinerario por obras que son (además de escritos de combate) análisis y/o teorizaciones de procesos concretos de lucha de clases. No te confundas. Son también escritos teóricos. Pero, de la específica y correcta manera del materialismo histórico, su teoría se extrae de la práctica, del análisis de la práctica, del análisis dialéctico de la coyuntura concreta de la lucha de clases.

Me parece útil reproducirte aquí y en este momento una luminosa definición de un excelentísimo historiador marxista (Pierre Vilar):»La investigación histórica es el estudio de los mecanismos que vinculan la dinámica de las estructuras -es decir, las modificaciones espontáneas de los hechos sociales de masas- a la sucesión de los acontecimientos -en los que intervienen los individuos y el azar, pero con una eficacia que depende siempre, a más o menos largo plazo, de la adecuación entre estos impactos discontinuos y las tendencias de los hechos de masas-.»

Trotsky insistía muy saludablemente en decirle a sus camaradas que: «El marxismo es sobre todo un análisis de relaciones sociales, no de textos». Es una luminosa (Y TOTALMENTE CIERTA) recomendación que te aconsejo vivísimamente que tengas siempre en cuenta. En un texto clave que luego veremos (el 9) Trotsky tronaba contra aquellos marxistas «que sustituyen el análisis independiente de las relaciones sociales por la interpretación de textos preseleccionados por ellos y aplicables a todos los casos de la vida. ¡Nadie compromete tanto el marxismo como estos marxistas nominales!».

Cualquier buen conocedor de la historia de los últimos decenios de Euskal Herria sabe bien el daño y la esterilidad que para la lucha revolucionaria por la liberación nacional y social de Euskal Herria han generado las luchas fraccionales generadas NO POR UN DIFERENTE ANALISIS DE LAS RELACIONES SOCIALES vascas y de los vascos con los españoles y con el mundo SINO POR DIFERENTES ANALISIS DE TEXTOS (muchas veces mal leídos y mal entendidos).
No veas en esta recomendación una contradicción por el hecho de hacerla precisamente antes de sugerirte el estudio y la lectura cuidadosa de una serie de textos. De forma completamente congruente te propongo precisamente un itinerario por una serie de textos (muchos de ellos geniales) que son precisamente el reflejo, el precipitado, el resultado de excepcionales análisis de relaciones sociales.

Porque la mejor forma de enseñarte a hacer marxistamente análisis de relaciones sociales NO es que yo te escriba un manual de análisis (al modo de esas grotescas chapuzas metodológicas que acostumbran a usar los alienados cristianos de base) ni que te recomiendo alguno de los imbéciles manuales que a veces figuran como libros de texto pseudouniversitarios.
La mejor forma es que te leas y estudies algunos buenos análisis de relaciones sociales elaborados por gente que sabía hacerlos bien.

¡OJO! La prueba de que sabían hacerlos bien no es que sean personas famosas. O que hayan sido personas sacrificadas o abnegadas o beneméritas. La prueba es la práctica. La prueba es que al actuar guiados por esos análisis la realidad se comportó como sus análisis decían que iba a comportarse (con independencia de que tuvieran éxito o fracasaran en sus acciones). Vuelve a leer la 2ª tesis sobre Feuerbach que te cité párrafos atrás.

Así que ya sabes cuál ha sido el criterio al que responden las páginas siguientes.

Dos palabras sobre un posible primer ITINERARIO ABREVIADO:
Mi recomendación personal es que sigas el itinerario de lectura que te voy a sugerir. Ahora bien, entiendo que no quieras o no puedas asumir una tarea así de amplia. Para no dejarte desamparado en ese supuesto te añado ahora un:

 

ITINERARIO ABREVIADO:

serían los textos números: 1,2,5,6,8,14,18 y 22 (de éste, de El Capital, el Libro Primero). Pero debo insistirte en que los atajos en asuntos como éste hacen perder mucho más de lo que permiten ganar.

Otras pocas palabras sobre las tres partes del primer itinerario:

El primer itinerario puede dividirse en tres partes.

La primera incluye los textos del nº 1 al 20. Su lectura te permitirá adquirir un conocimiento suficiente, a través del examen de una serie de ejemplos eminentes, de la forma en que el materialismo histórico analiza las diversas coyunturas de la lucha de clases.

La segunda parte, los textos nº 21, 22 y 23, te permitirán asimilar los dos extremos de la trayectoria hasta ahora recorrida por el materialismo histórico para conocer/transformar el mundo.Concretamente a conocer la descripción/análisis/teorización que en el siglo XIX realizan Marx y Engels (de ahí que debes leer La situación de la clase obrera en Inglaterra de Engels y El Capital de Marx) y la descripción/análisis/teorización que realiza y publica en el último cuarto del siglo XX Wallerstein (El moderno sistema mundial).

La tercera parte (cuatro obras de Deutscher englobadas en el nº 24) te permitirá conseguir la comprensión del proceso histórico de los primeros cincuenta años de la decisiva Revolución Rusa.

PRIMER ITINERARIO DE LECTURA QUE TE RECOMIENDO

K.Marx/F.Engels: El Manifiesto comunista.

(Escrito por Karl Marx y Friedrich Engels en diciembre 1847-enero 1848. Publicado por primera vez en febrero de 1848 en Londres en folleto aparte. Título Manifest der Kommunistischen Partei).

¿Te vale que te recuerde que NINGUN otro texto ha afectado ya y afectará en el futuro como éste a la vida de miles de millones de seres humanos?. Supongo que ya lo tienes. Reléelo despacio y con cuidado y atención. Hay muchísimo cretino indocumentado (también en HB) que -como España toda- «desprecia cuanto ignora» y habla de este texto de oídas. Por ejemplo ignorando que en él se afirma que la primera lucha de los obreros tiene que tener carácter nacional («por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el Poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués»).

Immanuel Wallerstein: El capitalismo histórico.

(La primera edición, en inglés con el título Historical capitalism, es de Verso Editions, Londres, 1983).
He dicho y escrito en varios sitios que estimo que Immanuel Wallerstein es el Marx del siglo XX. Ha corregido errores de Marx. Errores inevitables la inmensa mayoría por cuanto que:
1) Marx no disponía de la inmensa cantidad de información que Wallerstein ha podido acumular, sencillamente porque no se había recogido o no se había estudiado en época de Marx o no se habían aún producido los hechos a los que esa información se refiere;
2) Marx era un hombre de su tiempo inevitablemente aquejado por las limitaciones de ese tiempo (por ejemplo en el desconocimiento de los límites del crecimiento).
Este librito de Wallerstein es una joya que no desmerece del Manifiesto. Me parece especialmente útil que empieces por dos síntesis magistrales del materialismo histórico (el Manifiesto y El capitalismo histórico) separadas por casi siglo y medio. Para que tengas una primera visión global de lo que el materialismo histórico nos ha enseñado, en su arranque y en lo hasta ahora acopiado.

Marx/Engels: Sobre la revolución de 1848-1849.

Artículos de «Neue Rheinische Zeitung» (la Nueva Gaceta Renana).
Son artículos escritos por los dos durante el período en que ejercieron de agitadores revolucionarios en una revolución en marcha. Son, a la vez, escritos de combate en el fragor de la pelea y análisis de coyuntura en los que van creando teoría sobre la práctica propia y del enemigo.
Si no lo encuentras utiliza: Fernando Claudín Marx, Engels y la Revolución de 1848, Siglo XXI de España Editores S.A., Madrid, 1975. 451 páginas. Claudín era un revisionista y destila en el libro bastante mala baba, pero reproduce extensamente muchos de los artículos de Marx y Engels. De hecho yo los leí ahí antes de poder hacerme con la edición moscovita.

Son textos fascinantes. Por ejemplo ahí aprendí yo ANTES DE QUE SUCEDIERA, como iba a ser la famosa «transición democrática española». Porque Juan Carlos I repitió el papel del Rey de Prusia, SuÁrez el de Camphausen y las Cortes franquistas el de la cámara alemana. Los planificadores de la Rand Corporation para el Pentágono SI LEEN A MARX.

Karl Marx: Las luchas de clases en Francia (1848 a 1850)

(Serie de artículos con el título común «De 1848 a 1849» escritos por Marx en alemán de enero al 1 de noviembre de 1850. Publicados en Hamburgo en los números 1,2,3 y 5-6 correspondientes a 1850 de la revista Neue Rheinische Zeitung Politisch-ökonomische Revue).
las revoluciones son la locomotora de la historia, página 191. Cómo el lunpemproletariado se convierte en policía, página 78. la importancia de presentar en las elecciones una opción claramente revolucionaria, página 115.

Karl Marx: El 18 Brumario de Luis Bonaparte

Escrito por Marx en alemán en diciembre de 1851- marzo de 1852. Publicado como primer número de la revista DIE REVOLUTION en Nueva York en 1852. Título original Der Achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte)
Es una obra GENIAL. Un ejemplo básico de materialismo histórico, de análisis dialéctico de un proceso concreto. Te enseñará a pensar dialécticamente los procesos históricos.
Contiene la formulación luminosa de una amplia gama de conceptos clave. Por ejemplo:
Una excelente definición de clase social («En la medida en que millones de familias viven bajo condiciones económicas de existencia que las distinguen por su modo de vivir, sus intereses y su cultura de otras clases y las oponen a éstas de un modo hostil, aquéllas forman una clase»).
Otra, brillante, del cretinismo parlamentario.
Un análisis esclarecedor del infraproletariado (del lumpenproletariat), de su conversión en pseudopartido y luego en fuerzas represivas concretas (muy útil para pensar las SA, las SS y la Ertzaina p.e.).
Y así hasta cien…

Como ejemplo de mi personal devoción y admiración por este texto te diré que, como mínimo homenaje al mismo y a lo que me enseñó, yo titulé «El 27 Vendimiario de Felipe González (Historia de una traición)» a mi análisis del tardofranquismo y la «transición democrática» contenida en mi folleto Metamorfosis nazi-fascista del Estado español (1981).

Karl Marx: Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política

(Escrito por Marx en Londres enero de 1859. Publicado en el libro Zur Kritik der politischen Oekonomie von Karl Marx, Erstes Heft, Berlin,1859).
Son sólo cuatro páginas que encierran una sola página crucial: aquella en la que Marx dice «El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así:».
Hace ya más de 30 años que esa página me sacudió hasta mis cimientos. Yo la leí en Historia y elementos de la sociología del conocimiento. Tomo I. Contenido y contexto de las ideas sociales. Selección de artículos realizada bajo la dirección de Irving Louis Horowitz, EUDEBA Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1964. páginas 75-79. En Obras escogidas Tomo I está en las páginas 546-520.

Te la transcribo. Dice así:

«El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase del desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando las condiciones materiales para su realización. Agrandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de ese antagonismo. Con esta formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana.»

Karl Marx: La guerra civil en Francia.

(Son tres Manifiestos publicados en inglés en 1871, sobre la guerra franco-prusiana y sobre la Comuna de París escritos por Marx y aprobados y emitidos por la Asociación Internacional de los Trabajadores- la Iª internacional- en las fechas: 23 julio 1870, 9 septiembre 1870 y 30 de mayo de 1871).
Son textos clave. No sólo porque son, como decía Engels en la Introducción escrita para la edición de 1891:
«ejemplo elocuente de las dotes extraordinarias del autor -manifestadas por primera vez en El 18 BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE- para penetrar con toda clarividencia el carácter, el alcance y las consecuencias inevitables de los grandes acontecimientos históricos, cuando éstos se desarrollan aún ante nuestros ojos o acaban apenas de producirse».
Sino porque contienen elaboraciones teóricas y conceptuales decisivas.
Por ejemplo, como explicaron Marx y Engels en el prefacio a la edición alemana de 1872 del Manifiesto, una frase de La guerra civil en Francia («la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines»), fruto de la experiencia de la Comuna que enseñó la necesidad de tener en cuenta el carácter de clase del aparato del Estado capitalista y la consiguiente necesidad de su destrucción por los revolucionarios, era la que implicaba una de las pocas modificaciones que 25 años después de su redacción parecían a Marx y Engels imprescindibles en el texto del Manifiesto comunista. Aunque no las hicieran porque «el Manifiesto es un documento histórico que ya no tenemos derecho a modificar».

V.I.Lenin: ¿Qué hacer?

(Escrito en ruso entre el otoño de 1901 y febrero de 1902. Publicado por primera vez en marzo de 1902 como folleto aparte en Stuttgart).
Mucha gente creemos que hubo una Revolución de Octubre en 1917 porque quince años antes se escribió este programa y guía de acción y porque las pocas decenas de miles de obreros bolcheviques que la hicieron en Petrogrado se fueron formando y entrenando durante lustros en una práctica guiada por el ¿Qué hacer?.
Por supuesto es una obra de combate. Pensada por tanto para una tarea concreta en una época concreta (primer decenio del siglo XX) para un área concreta (el Imperio zarista). O sea para una coyuntura concreta de la lucha de clases. Nada puede ser más imbécil que tomar esa obra como un RECETARIO universal para ser aplicado en no importa qué época en no importa qué país en no importa qué coyuntura. Imbécil cosa que desdichadamente se ha realizado muchas, demasiadas veces, por cretinos que cometen la blasfemia laica de tomar el marxismo por una religión y ésta y otras obra de Lenin y de otros marxistas como los patéticos alienados por el Islam o por el Cristianismo toman el Corán o la Biblia.
Pero el ser una obra de combate para una coyuntura concreta NO IMPIDE que sucedan dos cosas:
1ª) que sea una obra con una riquísima aportación teórica nueva o renovadora;
2ª) que muchísimas de sus RECETAS valgan también para otras coyunturas y otras épocas o sirvan de punto de partida para reelaborar RECETAS nuevas para esas coyunturas y épocas (por ejemplo para la Euskal Herria Sur de hoy).
Interesado como estás en los problemas de comunicación agitación y propaganda, tienes una increíblemente mina de diamantes en esas páginas. Hace catorce años yo di en Bilbo una serie de cursillos y seminarios en los que analicé ampliamente esta obra. Si encuentro el folio y medio de citas de temas y páginas (dos por renglón) te lo adjuntaré (hace catorce años no tenía yo ordenador y hace unos meses le dejé a algún desaprensivo la carpeta). En cualquier caso seguro que tú sólo irás encontrando en la lectura centenares de sugerencias útiles para la acción de hoy mismo (recuerda que lo que hay que hacer no es adoptarlas sino adaptarlas llanamente dicho: salvo excepcionalísimas personas geniales, nadie puede ser un buen propagandista, un buen publicitario, un buen agitador, un buen dirigente de acción colectiva (va de suyo que un buen revolucionario) sin haber leído y estudiado esta obra.
Trotsky: Resultados y perspectivas. Las fuerzas motrices de la revolución
(Escrito en ruso en 1906 en la prisión preventiva de Petersburgo, después de haber sido Trotsky detenido con el Soviet de Diputados Obreros el 3 de diciembre de 1905. Se publicó por primera vez en 1906/7, como un extenso capítulo final de su libro Nasha Revolutsia -«Nuestra Revolución»- que contenía sus otros trabajos sobre la revolución rusa de 1905. Pero nada más aparecer la policía zarista lo confiscó. En 1919 se hizo una nueva edición en ruso. Título original Itogi i Perspektivy, Dvizhuschie Sily Revolutsii).
Se trata de un texto, por supuesto genial, pero además asombroso por muchas razones. Seré lo más breve que pueda al respecto:
1º Rompe con rutinas que atenazaban a los marxistas desde hacía decenios y al hacer así un magistral análisis de la realidad rusa realiza ¡en 1906! una asombrosamente acertada descripción prospectiva de cómo iba a ser la Revolución de Octubre de 1917. De entre los muchísimos aciertos prospectivos al respecto destaca su comprensión del papel decisivo del campesinado en el proceso de consolidación de la Revolución de Octubre.
2º Contiene otra larga serie de aciertos prospectivos (p.e. en 1906 señala la inminencia de una guerra en Europa, el conservadurismo de los partidos socialistas, la existencia de una Rusia soviética)
3º Realiza su formulación de la «revolución permanente».
Este texto es, entre otras cosas, nada más y nada menos que la más radical reformulación del pronóstico de la revolución socialista realizada desde que en 1848 Marx y Engels publicaran el Manifiesto.
Y, de forma parecida a como Marx a lo largo de su vida se dedicó a desarrollar su temprana formulación de temas y planteamientos del Manifiesto, Trotsky a lo largo de la suya hizo lo mismo con lo formulado en este texto.

V.I. Lenin: El Derecho de las naciones a la autodeterminación

Escrito en ruso en el exilio entre febrero y mayo de 1914. Publicado de abril a junio de 1914 en los números 4,5,6 de la revista PROSVESCHENIE -revista mensual teórica, políticosocial y literaria publicada legalmente por los bolcheviques en Petersburgo desde diciembre 1911 a junio 1914.).
Excuso decirte la importancia que tiene conocer este texto de Lenin para cualquier vasco enfrascado en la lucha contra los Estados opresores español y francés por la soberanía y la independencia y la simultánea revolución socialista de y en Euskal Herria. Sólo te diré que entre las consecuencias de largo alcance de este texto figuran el fomento y desarrollo de la lucha antiimperialista en todo el planeta desencadenada durante y después de la I Guerra Mundial con la intervención y el apoyo de la Rusia soviética.

V.I. Lenin: El imperialismo, fase superior del capitalismo.

(Escrito en el exilio en Zurich en enero-junio de 1916. Publicado en forma de folleto aparte a mediados de 1917 por la editorial PARUS de Petrogrado. El prólogo para las ediciones francesa y alemana se publicó en el nº 18 de la revista LA INTERNACIONAL COMUNISTA en 1921).
Libro fundamental.
Escrito para pasar la censura zarista y no rectificado al editarlo después de la revolución de febrero, Lenin explica en el prólogo para las ediciones francesa y alemana que puede ser útil para que los comunistas perseguidos en los «países capitalistas avanzados» vean como pueden aprovecharse «esos pequeños resquicios de legalidad» «para denunciar todo el embuste de las concepciones y de las esperanzas socialpacifistas en cuanto a la democracia mundial».
En ese prólogo dice Lenin que «En el folleto se prueba que la guerra 1914-1918 ha sido, por ambas partes, una guerra imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de rapiña), una guerra por el reparto del mundo, por la distribución y redistribución de las colonias, de las esferas de influencia del capital financiero, etc».
Pero siendo como es efectivamente un escrito de combate el texto tiene una importancia que rebasa con mucho esa finalidad y esa utilidad. Es, sencillamente, la prueba de la vitalidad y eficacia del materialismo histórico para analizar y explicar la realidad cambiante.
Es la prueba viva de que los auténticos revolucionarios comunistas no se esterilizan ni anquilosan repitiendo como jaculatorias textos reputados sagrados de sus maestros, escritos para analizar realidades ya superadas por la historia.
Fíjate en la definición que Lenin hace: «El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de toda la Tierra entre los países capitalistas más importantes» (pág. 754 O.e. t.I.).
Todo el texto rezuma brillantes (geniales) conceptualizaciones aún hoy imprescindibles para analizar la realidad actual. Por darte sólo un botón de muestra: no puedes entender bien la reciente vergonzosa venta de CCOO y UGT de su apoyo al Gobierno de Aznar (pacto de pensiones) si, junto al decisivo dato de que el 75% de los ingresos de CCOO -y probablemente más en el caso de UGT- vienen del Estado (lo que les convierte en tan aparatos de Estado como la Policía o los carceleros), no tienes en cuenta esta luminosa cita de este libro: «El imperialismo, que significa el reparto del mundo y la explotación no sólo de China e implica ganancias monopolistas elevadas para un puñado de los países más ricos, origina la posibilidad económica de sobornar a las capas superiores del proletariado, y con, ello, nutre el oportunismo, le da cuerpo y le refuerza». (pág. 767 O.e. t.I).
El imperialismo tiene hoy rostro muy elaboradamente diferente del de 1916. Pero para desenmascararle hoy es fundamental que conozcas cuál era su máscara en 1916.

V.I. Lenin: Las tareas del proletariado en la presente revolución. (Tesis de abril)

Probablemente escrito en el tren hacia Rusia el día 3 de abril de 1917, y dado ya a conocer en un discurso a los funcionarios del partido en la noche del 3 al 4 en una reunión celebrada en su honor a la llegada al palacio de Kshesínskaya ocupado por el Comité Central y el Comité de Petersburgo del Partido bolchevique. (Este artículo, que contiene «las tesis», escrito en Petrogrado el 4 y 5 de abril de 1917, apareció publicado en el número 26 de PRAVDA con la firma de N.Lenin el 7 de abril de 1917, por fallos en la imprenta dos días después de la fecha -el 5- en que Lenin había ordenado que se publicaran las tesis. Los periódicos bolcheviques de Moscú, Járkov, Krasnoyarsk, Ufá, Bakú, Tiflis y otros sitios reprodujeron el artículo. Lenin explica en el mismo que leyó las tesis en dos reuniones celebradas el 4 de abril -recuerda el retraso del calendario ruso, ese 4 era el 17 del calendario occidental- en el Palacio de Táurida, una de bolcheviques y otra conjunta de delegados bolcheviques y mencheviques a la Conferencia de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, y que entregó el texto de las tesis a Tsereteli para su publicación. El texto del discurso de Lenin en la primera de esas reuniones, imperfectamente transcrito por el secretario de actas se publicó por primera vez el 7 de noviembre de 1924 en el diario PRAVDA y figura en las Obras completas tomo 31. páginas 109-119.).
Te encarezco que al enfrentarte con este texto (por supuesto genial) tengas muy en cuenta que es el texto que en todo el siglo XX ha tenido mayor influencia directa a corto, medio y largo plazo en la vida de miles de millones de personas en todo el Planeta. Te subrayo lo de a corto plazo. El texto del Manifiesto ha tenido una influencia mayor en la vida de la Humanidad a largo plazo, pero aunque fue escrito en diciembre 1847/enero 1848 no tuvo casi ningún impacto en las revoluciones europeas de 1848. El texto de Trotsky de 1906 al que te he hecho referencia (el 9. de esta lista) no tuvo ninguna en la Revolución de Octubre por las razones expuestas (Lenin no lo leyó hasta 1919). Pero las Tesis de abril cambiaron casi al momento de formularlas el rumbo de la Revolución rusa y con ello la vida del planeta durante el siglo XX.

Fíjate bien: Lenin nos ha explicado que los prerrequisitos para una revolución son tres:
1ª que los gobernantes no sean capaces de seguir gobernando como solían hacerlo;
2ª que los gobernados, en su miseria, desesperación y furia, se nieguen a seguir viviendo como hasta entonces han vivido;
3ª que exista un partido revolucionario decidido a aprovechar la oportunidad y capaz de hacerlo.

Trotsky (mira la página 320 de «La lucha contra el fascismo») coincide, con otras palabras (y añadiendo la precisión del papel estratégico de la pequeña burguesía donde tiene peso), en cuáles son los prerrequisitos:
1) el aturdimiento y división de las clases dominantes;
2) la indignación de la pequeña burguesía y su pérdida de fe en el orden existente;
3) la actividad combativa creciente de la clase obrera;
4) una política correcta del partido revolucionario.
Pues bien, es claro que la existencia del partido bolchevique cumplía en abril parcialmente el tercer prerrequisito de Lenin. Pero NO la segunda parte del mismo (decidido a aprovechar la oportunidad) ni el 4º prerrequisito de Trostky (una política correcta del partido revolucionario).
Eso es lo que corrigió Lenin con sus Tesis de abril. Que suponían enmendar la plana a lo que estaba haciendo la dirección del partido (entre la que figuraba jodiendo la marrana el tuercebotas de Stalin y algún otro de similares luces).
En agosto de 1940, solo días antes de ser asesinado por orden de Stalin, Trotsky escribe en Coyoacán, México, un texto sobre el fracaso de la revolución española de 1936. En el que afirma que:
«La llegada de Lenin a Petrogrado el 3 de abril de 1917 hizo virar a tiempo al partido Bolchevique y lo capacitó para llevar la revolución a la victoria. Nuestros sabios podrían decir que si Lenin hubiera muerto en el extranjero a principios de 1917, la revolución de Octubre habría tenido lugar «exactamente lo mismo». Pero no es así. Lenin representaba uno de los elementos vivos del proceso histórico. personificaba la experiencia y la perspicacia del sector más activo del proletariado. Su oportuna aparición en la arena de la revolución fue necesaria para movilizar a la vanguardia y darle la oportunidad de unir a la clase obrera y las masas campesinas. La dirección política en los momentos cruciales de virajes históricos, puede llegar a ser un factor tan decisivo como el papel del mando supremo durante los momentos críticos de una guerra. La historia no es un proceso automático. Si lo fuera, ¿por qué los programas, por qué los dirigentes, por qué los partidos, por qué las luchas teóricas?»
Nítido y claro ese párrafo (demoledor, por la admiración hacia Lenin y el enaltecimiento de su papel histórico que destila, para la leyenda stalinista de un Trotsky anti-Lenin) ese párrafo es el complemento perfecto de uno anterior en el mismo texto. Que afirmaba:
«Un factor importantísimo de la madurez del proletariado ruso, en febrero y marzo de 1917, fue Lenin. Y Lenin no cayó del cielo. Personificaba la tradición revolucionaria de la clase obrera. Para que los postulados de Lenin pudieran abrirse camino en las masas, tenían que existir cuadros, aunque al principio fueran numéricamente limitados, tenía que existir la confianza de los cuadros en su dirección, una confianza basada en toda la experiencia pasada. Excluir estos elementos de los propios cálculos, es simplemente ignorar la revolución viva».
Bien. Quiero ahora llamar muy especialmente tu atención sobre la insistencia de Lenin en el texto acerca de que hablaba «sólo en nombre propio». Y de que publicaba «estas tesis personales mías».
Se trata de un asunto crucial.
Frente a tanta chorrada de tanto indocumentado que con galones de responsable local o comarcal blasfema el nombre de Lenin al invocarlo para pedir obediencia ciega, deslumbra la coherencia y lucidez con que Lenin asume su obligación como revolucionario de disentir en público de las tesis de una dirección que estima que lleva al partido al desastre.
Por supuesto, tan sólo unos días después las Tesis de abril dejaron de ser personales para ser asumidas por el Partido. Pero la lección es fundamental:
Sólo la rabiosa libertad de expresión y la libertad de crítica pública de las posiciones de la mayoría (incluso en los largos años de la clandestinidad y salvando los riesgos policíacos por la utilización de pseudónimos) hicieron grande y eficiente al Partido bolchevique. Cuando, pocos años después de la victoria, el Partido abandona esa línea de conducta comienza la degeneración de la Rusia soviética y su larga camino hacia el desastre.

V.I. Lenin: Las tareas del proletariado en nuestra revolución (Proyecto de plataforma del partido proletario).

(Escrito en ruso en Petrogrado el 10 (23) de abril de 1917. Copiado a máquina y repartido en varios ejemplares entre los afiliados del partido antes y durante la Conferencia de toda Rusia del Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) de Rusia. El epílogo fue escrito el 28 de mayo (10 de junio) de 1917. Publicado en septiembre de 1917 en un folleto en Petrogrado por la editorial PRIBOI)
El artículo reseñado en el número anterior (Las «Tesis de abril») cobra su excepcional importancia por el giro político que produjo en la Revolución rusa. Este folleto participa de esa importancia porque fue el vehículo concreto para que ese giro (posición personal de Lenin) fuera formalmente asumido por el Partido.
En el epílogo Lenin explica que: «Escribí este folleto como proyecto de plataforma para propagar mis puntos de vista antes de la Conferencia de toda Rusia de nuestro partido, el Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) de Rusia……Pero ahora, la conferencia se ha celebrado ya…sus resoluciones han sido publicadas hace tiempo…..y el lector atento notará con facilidad que mi folleto es, en muchos casos, el anteproyecto de estas resoluciones».
Me limitaré a copiarte aquí los epígrafes para que te hagas una idea del crucial contenido:
«Carácter de clase de la revolución realizada.
La política exterior del nuevo gobierno.
La original dualidad de poderes y su significación de clase.
Peculiaridad de la táctica que se deriva de lo expuesto.
El defensismo revolucionario y su significación de clase.
¿Cómo se puede poner fin a la guerra?
El nuevo tipo de Estado que brota de nuestra revolución.
El programa agrario y el programa nacional.
Nacionalización de los bancos y de los consorcios capitalistas.
La situación en el seno de la Internacional Socialista.
Bancarrota de la Internacional Zimmerwaldiana. Necesidad de fundar la Tercera internacional.
¿Cómo debe denominarse nuestro partido para que su nombre, además de ser científicamente exacto, contribuya políticamente a esclarecer la conciencia del proletariado?»
Lenin subraya en el epílogo que «El folleto lo basa todo en el análisis de clase». Léelo para aprender a hacer análisis de clase. Léelo con el cariño y la admiración que merece un programa cuyo cumplimiento va a llevar en seis meses al éxito revolucionario y al poder político al partido que lo aprueba. Y con admiración y respeto al genial talento de quien lo elaboró.
No quiero dejar de subrayarte que, al aprobar ese proyecto de plataforma de Lenin, el partido bolchevique acordó cambiar su viejo nombre (Partido Obrero Socialdemócrata -bolchevique-) por el de Partido Comunista.
La parte final del folleto, que contiene la argumentación de Lenin para ese cambio reviste un excepcional interés. Y muy específicamente en la época presente. En la que, al revés que entonces pero por razones de fondo idénticas, lo que exigen las circunstancias es reivindicar la «camisa vieja», mostrar el orgullo de ser y llamarse comunistas.

Trotsky: Historia de la Revolución Rusa

(Escrita en ruso en el destierro en la isla de Prinkipo, mar de Mármara, Turquía, iniciada en 1929 -en noviembre Alexandra Ramm recibió la primera sinopsis- y acabada el 29 de junio de 1932, en que envía a Alexandra Ramm el último Apéndice que cerraba el tercer volumen. Aparece The History of the Russian Revolution. vols. I-III, traducida por Max Eastman, en Londres 1932-33).
Me resulta difícil resumirte todo lo que me empuja a insistirte en que esta obra es imprescindible no ya para un aspirante a revolucionario sino sencillamente para una persona culta. Intentaré sintetizar:

Es una Historia de una revolución escrita por uno de los dos actores individuales principales del proceso («Si Lenin no hubiese logrado llegar a Petrogrado en abril de 1917, la Revolución de Octubre no habría tenido lugar» escribió Trotsky a Preobrazhensky. «Si yo no hubiese estado presente en 1917 en Petrogrado, la Revolución de Octubre habría tenido lugar de todos modos -siempre y cuando Lenin hubiese estado presente y en el puesto de mando-. Si ni Lenin ni yo hubiésemos estado en Petrogrado, no habría habido Revolución de Octubre, la dirección del partido bolchevique la habría impedido, de esto no me cabe la menor duda» escribió en su Diario francés). Habla de lo que ha vivido en momentos decisivos en puestos decisivos. Y por ello es una obra única en la literatura mundial. Apasionadamente partidista es, a la vez, implacablemente rigurosa en su objetividad. Es un ejemplo eminente de la imprescindible unidad contradictoria de los elementos objetivos y subjetivos en un revolucionario.
El genio militar de Trotsky (el que le permitiera crear y llevar a la victoria al Ejército Rojo) brilla aquí como nunca: para un buen jefe militar nada es más necesario que conseguir y manejar una visión y una comprensión realista del campo enemigo, una visión de la que se extirpa el optimismo infundado, la emoción y la deformación de los hechos.
Trotsky es rigurosamente objetivo al estudiar, analizar y describir la realidad de los enemigos a los que apasionadamente combatió en la práctica y combate al relatarla.
Es un genial ejemplo de aplicación del materialismo histórico para la comprensión y el análisis de un proceso. Si la nefasta burra de la Marta Harnecker hubiera entendido, leyendo esta Historia, lo que es y cómo se aplica el materialismo histórico otro gallo le hubiera cantado a ella y a los desdichados/as a quienes desorientó con sus bodrios. Por citar solo dos ejemplos: 1) se habría enterado de la «ley del desarrollo desigual y combinado» en el capitalismo. 2) habría podido penetrar en el muy complejo y fundamental estudio de la dinámica de los procesos de la relación entre las clases y los partidos.
Está maravillosamente escrita. Trotsky es un raro caso de un orador genial, magistral (Lunacharsky -él mismo, orador eminente- dijo que era «el primer tribuno de su tiempo») que también es un grandísimo escritor. Al que no por casualidad se le conoció por el mote de La Pluma. Como tanto tonto suele decir de las obras difíciles bien escritas, «se lee como una novela». Si te ocurre como a mí la tendrás que leer varias veces. La primera de un prolongado único tirón, acuciado por seguir el hilo de la narración. Las siguientes para bucear, anotar, estudiar, tantos y tantos pasajes que encierran enseñanzas clave. Te recomiendo que la leas con rotulador y en la primera lectura vayas sólo marcando en los márgenes llamadas para guiarte luego en las relecturas.
Cierro esta indisimuladamente entusiasta referencia con dos anécdotas personales: 1ª Yo he regalado, que recuerde, más de una docena de ejemplares de esta obra. Ha sido la forma más eficaz en que he ejercido el proselitismo comunista. 2ª Realicé con esta obra una desgarradora autodemostración del daño que la desviación stalinista produjo a la URSS. En 1990 regalé un ejemplar de la Historia a una camarada excelente, catedrática en Moscú, cuidadora del Museo Lenin, a quien el stalinismo y sus secuelas habían negado (como a centenares de millones de rusos desde 1932) la posibilidad de conocer esa obra (y con ello de conocer y entender el proceso de la Revolución de Octubre). Fascinados y deslumbrados al leerla, ella y un grupo de sus camaradas emprendieron la tarea de retraducirla del castellano al ruso. Era ya demasiado tarde para evitar la implosión de la URSS. Ojalá no lo haya sido para sembrar allí las semillas de una difícil recuperación de una conciencia revolucionaria lúcida y eficiente.

Isaac Deutscher: Trotsky. El profeta armado (1879-1921)

(Título original: The Prophet Armed. Trotsky: 1879-1921, Oxford University Press, Inc., Nueva York/Londres, 1954).
Deutscher es un excepcional historiador. Al final de este itinerario de lecturas te incluyo con los números 24, 25, 26 y 27 otras cuatro obras suyas (las otras dos partes de la Trilogía sobre Trotsky, la biografía de Stalin y La revolución inconclusa. 50 años de historia soviética). Pero antes que excepcional historiador es un excelente marxista (condición precisamente de lo excepcional historiador que es).
Sus obras son ejemplos eminentes de esa práctica teórica de la que tanto te vengo hablando en estas páginas. Y como realizador de esa práctica estuvo también inmerso en la lucha cruda y dura. Admirador evidente de Trotsky no puede aplicársele el apelativo de trotskista. Desdichadamente los trotskistas han sido, después de la muerte de Totsky, (y salvo muy contadas excepciones como la de Mandel) un fiasco. El excelente marxista que fue Deutscher tenía que chocar (y chocó) con los malos marxistas que se llamaron trotskistas en la segunda mitad del siglo XX. (Déjame que te diga entre paréntesis que en Euskal Herria conocemos bien ese fiasco de los que usurparon el nombre de trotskistas -p.e. ETA VI- sin haber leído o habiendo leído muy mal y entendido peor a Totsky).
Yo tengo una personalísima deuda de gratitud con este libro deslumbrante y excepcional. Te lo coloco inmediatamente después de la Historia de Trotsky para que la complementes. No sólo para que rellenes los datos sobre la intervención de Trotsky en la Revolución de Octubre que su pudor le obligó a silenciar o disimular. Sino para que consigas una información necesaria sobre los dos decenios de lucha y preparación revolucionaria anteriores a 1917.

Rosa Luxemburg: ¿Qué quiere la Liga Espartaco?

(Escrito en alemán, se trata del programa adoptado por la Liga Espartaco, publicado el 14 de Diciembre de 1918).
Se trata de un documento de excepcional valor histórico. Durante once semanas (noviembre y diciembre de 1918 y las tres primeras de enero de 1919) se libró una lucha decisiva entre la Revolución y la Contrarrevolución en Alemania. Su desenlace, sellado con el asesinato de Rosa y de Liebknecht y la feroz represión sobre el recién nacido Partido Comunista Alemán KPD, supuso un viraje decisivo de la historia europea y de la humanidad entera.
Te será difícil encontrar (inténtalo en alguna biblioteca) un libro clave: Les Spartakistes. 1918: l’Allemagne en revolution présentée par Gilbert Badia, Collection Archives, René Julliard, Paris, 1966.295 páginas. Que relata magistral y documentadamente el proceso de aquella lucha.
¿Recuerdas los prerrequisitos que Lenin y Trotsky fijaron para hacer una Revolución que más arriba te he citado?. Pues en la Revolución alemana faltaba el del partido capaz. Al filo del paso del año 1918 al 1919, el 30 de diciembre, a sólo días del choque brutal con la contrarrevolución, la Liga Espartaco se proclama/convierte KPD, Partido Comunista Alemán. Pero carece en ese momento de los quince años largos de formación, lucha y entrenamiento con que contaba el Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) cuando en abril de 1917 se proclamó Partido Comunista.
En efecto. La Liga Espartaco no puede contar (siendo laxos en el cómputo) más que con unos pocos años de vida. El 15 de abril de 1915 aparece el primer nº de DIE INTERNATIONALE fundado por Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht (inmediatamente prohibido). El 1 de enero de 1916 se celebra la conferencia nacional del grupo «Internationale» que tomaría el nombre de Liga Espartaco. Encarcelada de nuevo el 19 de julio de 1916 (hasta la revolución del 9 de noviembre de 1918) Rosa Luxemburg empieza a colaborar el 20 de septiembre de 1916 en el primer número de las «Cartas de Espartaco» (hasta el nº 12 de octubre de 1918). En abril de 1917 Liebnknecht, Rosa y la extrema izquierda del SPD forman el Spartakusbund (Liga Espartaquista o Liga Espartaco).
Rosa Luxemburg es una figura señera, de primerísima fila, de la historia del comunismo. En el segundo itinerario de lectura te incluiré obras suyas que supusieron aportaciones de primer orden al corpus teórico del movimiento comunista mundial. Pero este texto, te repito, está cargado de dramatismo, de solidez y de inextinguible afán de lucha.
Hay en él un párrafo que vale su peso en oro: «El socialismo es en esta hora la única ancla de salvación de la humanidad. Sobre los muros que se hunden de la sociedad capitalista arden como un memento de fuego estas palabras del Manifiesto comunista: ¡Socialismo o barbarie!»

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2 respuestas a Una guía de lecturas para hacerse comunista (I parte)

  1. Silvio Villa dijo:

    Pues vaya tela para hacerse comunista. Y eso que no más disponemos de la primera parte. Nos pondremos manos a la obra.

    • Antonio Olivé dijo:

      Hola Silvio,

      así es, tal como indica el autor de la guía Justo de la Cueva, es un viaje que te llevará toda la vida. Eso si, la lucha contra la desigualdad es voluntaria y consciente (que para zombis ya se encarga la sociedad de mercado). Estamos trabajando la segunda parte de la guía y pronto estará a vuestra disposición.

      Dada la situación internacional, la correlación de fuerzas existentes más vale que nos pongamos manos a la obra cuanto antes. Hay mucho que hacer y queremos hacerlo.

      Un saludo.
      A.Olivé

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